El Secretario Canciller de la Arquidiócesis de Durango, presbítero José de la Luz Guerrero Haro, informó que el segundo viernes del novenario de expiación será: Día de confesiones, Acto penitencial.
“En este Novenario la expiación se procura porque las trasgresiones a los mandamientos de Dios debido a pecados sociales como lo son el olvido de Dios, la pérdida del sentido moral, pérdida del sentido de la dignidad de la vida humana, inseguridad, violencia, secuestros, narco fosas, etc, son una injusticia contra Dios y un ultraje que requiere una reparación por el agravio cometido contra la Santidad de Dios, pidiendo perdón. El pecador reconoce la injusticia que cometió y pide perdón y ofrece un rescate. Hace manifiesto su dolor e implora a Dios que nos perdone y purifique nuestros corazones, que verdaderamente experimentamos el arrepentimiento del deterioro social y la culpa personal”, explicó.
También dijo, que Jesucristo es nuestro Sumo y Eterno Sacerdote que ofrece el rescate ante Dios, y es ofrenda perfecta a los ojos de Dios Padre a través de su sacrificio en la Cruz. Es expiación de los pecados del mundo entero y el perdón que Dios nos concede, tiene como soporte en los Evangelios, en que vemos cómo Jesucristo continúa su misión reconciliadora por medio de Su Iglesia, de anunciar el Reino de Dios y a llamar a todos a la penitencia y a la conversión (cfr. Mc 6,12). “Dentro de las actividades del Novenario de Expiación, este viernes 10 del presente, todos los hombres y mujeres de fe, estamos invitados acudir al Confesionario de nuestra Parroquia o Templo a someter nuestros pecados con toda la disposición y pedir ser absueltos, para que por el poder redentor de Jesús tengamos un nuevo corazón y una nueva vida, y regresar a las actividades diarias edificando nuestra sociedad y nuestros hogares como verdaderos santuarios en que se ama y se respeta la vida”.
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